Los productos hechos a mano tienen la característica de no sólo demostrar un arte cultivado por meses, años o incluso siglos; sino también tienen la característica de transmitir sentimientos y evocar recuerdos.

No hay nada más bonito que al ponerte tu mochila Wayúu recuerdes el momento en que visitaste La Guajira, o cuando ves el trabajo manual del colegio de tu pequeño recuerdes cuando te sorprendió con un derroche de dulzura, o cuando utilizas el cesto que te regaló tu mejor amigo cuando fue a Bali y evocas el anhelo de ir a conocer el mar que hay en ese país.

No es secreto que cuando tenemos un producto artesanal, creemos firmemente que hay un pedacito del lugar y de la persona que lo hizo, que aún vive en él. ¿Estás de acuerdo?

En este blog te contaremos lo que consideramos esencial en la anatomía de un producto hecho a mano.

Hemos hecho un listado de características que consideramos hacen parte de las particularidades de un producto artesanal. Estos son:

Creatividad en cada trazo

La definición exacta de creatividad dice que ésta es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. 

Cuando la creatividad se une con la artesanía, ocurre magia. No sólo porque se está transformando un conocimiento adquirido con uno nuevo, sino que también se le da una nueva utilidad a un producto.

Este es el caso de una marca de joyas que produce aretes en cerámica y oro. Esto es mezclar dos tipos de materiales para la creación de algo hermoso.

Cerámica de Alma Coral

Photo by Alma Coral

 

Otro ejemplo de unión de dos materiales distintos son el hilo con el fique para ciertas mochilas Wayúu.

Sin duda, en la mayoría de los casos un producto hecho a mano se sale de lo convencional y el componente de creatividad hace que una pieza rudimentaria se convierta en una para admirar.

 

El arte en cada molde

Hay un refrán que dice, “el que no arriesga un huevo, no saca un pollo”. Sí, suena un poco coloquial y hasta rudimentario, pero es muy muy cierto. 

Esto pasa igual con las artesanías. A veces hay que que tomar riesgos para poder obtener un producto hermoso. 

Por ejemplo, cuando se está elaborando una mochila por primera vez, puede que te lleves más hilos de los que realmente necesitas o des una puntada donde no correspondía. 

Todo esto hace parte del proceso de aprendizaje. Es importante siempre saber que mientras más se practique, más se irá perfeccionando la técnica de elaboración.

 

Paciencia al hacer cada pieza  

La gran mayoría de productos artesanales toman muchas horas de trabajo e incluso días, lo que lleva consigo una gran carga de paciencia al elaborar cada pieza.

Antes del boom de la producción masiva, un bordado, un mueble o una joya se valoraban por la elaboración, la dedicación lenta y exclusiva del artesano, dando lo mejor de su técnica en el objeto. Ahora, la dificultad del proceso ha perdido la batalla frente al beneficio.

Para realizar una pieza hecha a mano, no sólo se necesita ser paciente sino también amar lo que se hace. Es por eso que el amor -así suene cliché-, es nuestro último componente en la anatomía de un producto hecho a mano.

Foto de mujer tejiendo mochila de Ekiitaya 

Photo by: Ekiitaya

 

Amor por lo que se hace

La mayoría de los artesanos trabaja en sus productos desde pequeños, incluso los artesanos llevan este arte de generación en generación, haciendo que se perfeccione con el tiempo.

Un oficio que se cultiva a través de los años, es imposible que no se sienta amor por él.

El artesano pone en cada pieza su conocimiento, paciencia, creatividad y sobretodo su amor.

En ekiitaya, diseñamos y confeccionamos nuestras mochilas con las mismas característica, pero por sobretodo respetando las tradiciones de la comunidad Wayúu.

Cada pieza que producimos lleva un gran componente de cosmovisión.

La mochila Wayúu es una artesanía colombiana insignia y digna de ser llevada por propios y extranjeros.

Cual es la pieza más representativa de tu país?

Nos encantaría saber!

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